Dimensiones de la Comunicación Digital Interactiva

En la actualidad, la comunicación interactiva presenta una serie de dimensiones que no podemos  soslayar a la hora de idear un proyecto digital adaptado a las lógicas actuales de producción, circulación y consumo de contenidos.  La tríada fundamental de estas dimensiones está determinada por:

  • La hipertextualidad: la capacidad de hacer conexiones entre nodos de información a través de enlaces, ofreciendo a los usuarios diferentes recorridos de lectura posibles.
  • La multimedialidad: la posibilidad de que esos nodos de información sean de características diferentes, incorporando en el mismo soporte no sólo texto sino también imágenes, sonidos, videos, animaciones, infografías, gráficos y más.
  • La interactividad: la capacidad del usuario para interactuar con el contenido, seleccionando información, agregando contenido y hasta modificando las historias.

Junto a ellas se destacan:  

  • La audiovisualización: una tendencia creciente de la web. Los videos aparecen como los formatos más elegidos por los usuarios para informarse y entretenerse, consiguen impacto y viralidad.
  • La documentalidad: la digitalización de la cultura nos ofrece la posibilidad de conectar fuentes documentales almacenadas en múltiples formatos de manera de acercarles a los usuarios la posibilidad de profundizar en la exploración de los temas y el chequeo de la información. Los límites espaciales y temporales propios de los medios tradicionales se desdibujan en la web.
  • La contextualidad: agregar elementos contextuales a las historias y aprovechar incluso la localización geográfica de los usuarios permite contar historias significativas, inmersivas y enriquecidas en función de contextos de recepción específicos. 
  • La georreferenciabilidad: el posicionamiento con el que se define la localización de un objeto o un sujeto en la representación cartográfica puede ser también aprovechada como una dimensión narrativa.
  • La adaptabilidad: la capacidad de adecuación a un entorno, las experiencias ofrecidas a los usuarios deben ser capaces de adaptarse a diferentes pantallas, a diferentes dispositivos, a múltiples plataformas de acceso.
  • La adicionalidad: la cultura digital y la conectividad hace posible, también, la sobreimpresión de capas de información virtual a la información física ya existente. Esta dimensión permite el desarrollo, por ejemplo, de narrativas que aprovechan tecnologías de realidad aumentada y realidad virtual.
  • La ubicuidad: se trata de la omnipresencia de los contenidos, la posibilidad de tener acceso al consumo desde cualquier lugar, en cualquier momento y desde cualquier dispositivo.
  • La visualidad: el diseño de la información, la imagen, las fotografías, las ilustraciones, las narrativas infográficas cobran una relevancia excepcional entre los contenidos más atractivos y virales en Internet.
  • La convergencia: entendida como un proceso complejo que involucra medios, usuarios, industrias, políticas y regulaciones, fundado en la digitalización del procesamiento, almacenamiento, difusión y recepción de la información y en el tendido de redes de comunicación.
  • La transmedialidad: la posibilidad de expandir los relatos a través de múltiples plataformas y soportes donde cada nuevo medio hace una contribución específica y valiosa a la totalidad narrativa.

Ciertamente, vivimos en un mundo post-convergente caracterizado por modelos de producción alejados del paradigma monomediático donde los relatos de ficción y no ficción han conseguido generar entornos transmedia donde la participación de las audiencias se vuelve un atributo fundamental de la trama narrativa.

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